lo que el ojo humano no puede ver : espectro electromagnético
Los humanos, como la mayoría de los animales tenemos un sistema visual que recoge las señales luminosas y las transmite al cerebro. Sin embargo, nuestros ojos sólo son sensibles a una pequeña parte del espectro electromagnético; somos ciegos a todo menos a aquello que llamamos ‘luz visible’.
Las radiaciones electromagnéticas se diferencian por su energía: los rayos gamma son los más energéticos, seguidos de los rayos X, rayos ultravioleta, visible e infrarrojo.
La atmósfera es transparente a la luz visible y por ello muchos animales desarrollaron ojos.
Las emisiones en diferentes longitudes de onda están basadas en diferentes procesos físicos, por eso hay fuentes de radiación que emiten en más de una región.
La opacidad de la atmósfera no es el único reto al que se enfrentan los astrónomos, también su turbulencia dificulta observaciones astronómicas de calidad incluso en regiones del espectro que llegan a la superficie terrestre, como la luz visible.
Las radiaciones de diferentes energías (o longitudes de onda o frecuencias) se generan en procesos físicos diferentes y se pueden detectar de maneras diferentes y por ello la luz, las ondas de radio y las UV, por ejemplo, tienen aplicaciones diferentes en nuestra vida cotidiana.